La nobleza de
aquellos tiempos (794 a 1185) de la capital de Kioto, acostumbrada a los
placeres y de soltura a lo más pomposo y selecto, tendía a guardar creencias
relacionadas a la conciencia propia de las formas y figuras que en la
naturaleza se encontraban.
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| ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO PERIODO HEIAN, JAPÓN |
La influencia
china, les mantenía bajo el influjo de facultades simbólicas con que dotaban a
cada elemento o adorno, especialmente las piedras. Siendo así, que se atribuía
un carácter simbólico, tanto a la grava como a las rocas, pues las relacionaban
con fuerzas omnipotentes de la naturaleza instigadas por divinidades
sintoístas.
Sus jardines de
características elaboradas, poseían adecuaciones que incluían la implementación
de lagos, colinas y senderos. Todo ello en medio de pabellones que se
comunicaban por pasillos por donde era posible admirar la belleza de la naturaleza,
implementada en los jardines de temática y fuerte simbolismo espiritual.
Shinden es el nombre con que se conoce al concepto de este tipo de jardines,
cuyo significado denota una estructura central.
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| ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO PERIODO HEIAN, JAPÓN |
Los palacios de
la época Heian, estaban marcados por una construcción móvil de módulos de
madera que se podía abrir hacia el jardín. Las mamparas correderas que dividen
el espacio y las paredes que permitían adaptar las estancias del palacio a las
necesidades individuales, solían estar pintadas con pinturas shiki-e, que se
acercaban a la naturaleza de los moradores del palacio, se trataba de las
representaciones de las cuatro estaciones, fiestas y lugares festivos
determinados por ellas.
Actualmente no
se cuenta con ninguna edificación dónde sea posible visualizar dicho concepto
en físico, todo lo que se sabe del mismo ha sido gracias a las excavaciones y a
las pinturas de rollo llamadas emakimono.
Abraham Cababie
Daniel
