En la
arquitectura, no todo tiene por qué ser lo nuevo contra o viejo o que un lugar
se venga abajo para dar a paso a instalaciones mejores y más modernas. Hacer un
buen trabajo de restauración y de renovación es tan importante como crear algo
desde cero. En Melbourne, Australia, encontré hace un par de semanas la Plaza
St. James, una construcción que se inauguró en 1960.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DEL PLAZA ST. JAMES
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Es por ello que
bien merecía una buena renovación, para así ponerla a la altura del resto de la
ciudad. La estructura de la fachada se cambió por una serie de marcos en las
ventanas que forman patrón en diagonal hasta la mitad del edificio, de ahí
hacia arriba, los ventanales. Además, los colores que se usaron para el trabajo
guardan los modos y se mantienen dentro de lo que podríamos considerar como
elegante.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DEL PLAZA ST. JAMES
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Aquí vamos a
cambiar un poquito el sentido puesto que para el trabajo fue preciso hacer una
plaza, de modo que el entorno cambiara un poco su apariencia y, más que
rejuvenecer, cumplir con los estándares que se tienen en la mayoría de las
ciudades cosmopolitas en lo que a imagen se refiere.
El diseño es,
por decir lo menos, fascinante. Para el piso, que se dividió en dos partes
utilizando como división unas breves jardineras, se echó mano de dos
materiales. Por una parte hay un entramado de concreto gris puesto como piezas
y del otro lado algo similar, pero con madera entintada en la que se dispuso
una serie de mesas y sillas para pasar el día.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DEL PLAZA ST. JAMES
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A mi parecer,
era importante mencionar tanto los materiales como los colores dado que éstos
crean un claro contraste con la remodelación a la que hacía referencia al
principio de este artículo. Por lo que podemos darnos cuenta de que tan
importante es un edifico como su entorno.
Abraham Cababie
Daniel