Pareciera irreal
que algo construido por la mano del hombre, tenga alcances extraordinarios en
el tiempo y espacio. Tal es el caso de la grandiosa Muralla China, la cual no
pasa desapercibida desde la mirada del espacio exterior, cómo marca de agua de
nuestra entera civilización humana.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA MEZQUITA DE HASSAN II.
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Arquitectónicamente
extraordinaria e imponente el inicio de esta construcción data aproximadamente
entre el siglo III y V a.C., erguida cómo barrera de protección y contención
por el Imperio Chino ante sus enemigos de aquellos tiempos, los nómadas xiongnu
de Mongolia y Manchuria.
Las últimas
investigaciones indican que su longitud es de 21.196 kilómetros y no los 8.850
anteriormente calculados, ósea que es casi 2.5 veces mayor de lo que se pensaba,
según afirma un nuevo estudio de investigadores chinos.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA MEZQUITA DE HASSAN II.
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Dicho estudio
también ha revelado que sólo un 8.2% de esos tramos, conservan su aspecto
original, mientras un 74% ha sufrido importantes daños a lo largo de los siglos
pasados.
A través de su
historia y a lo largo de su territorio se puede notar la diferencia en material
de construcción pues hubo otras edificaciones, más es en el año 1449 durante la
dinastía Ming , que se construye más fuerte y elaborada debido a la utilización
de ladrillos y piedra en lugar de tierra apisonada. La obra tardo aproximadamente
2,000 años en construirse.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA MEZQUITA DE HASSAN II.
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Se estima que trabajaron aproximadamente 800,000 personas en
su edificación.
El punto más
alto de la misma se encuentra en el monte Heite, a unos 1,500 mts. Sobre el
nivel del mar.
La Gran Muralla
es considerada una de las maravillas del mundo, y hace al visitante remontar su
imaginación hacia las épocas en que el mundo comenzaba a expandirse y la
antigua sabiduría de pueblos misteriosos a revelar sus secretos para toda la
humanidad.
